Consagrados como los Mejores en Mostrar

El laico consagrado busca mostrar su amor a Dios realizando profesionalmente su apostolado, buscando perfeccionarse continuamente para darse a los demás de la mejor manera posible, cuidando la calidad de su trabajo, su servicio, actuando con responsabilidad y competencia profesional ahí donde realiza su misión apostólica.

Igualmente, al identificarse con Cristo como uno más de su Pueblo y cercano a sus hermanos los hombres, el laico consagrado se siente llamado a desarrollar un verdadero sentido de cercanía con cada persona en su realidad temporal, está llamado a saber hacerse prójimo con toda persona.

Para el laico consagrado ninguna realidad humana le es ajena. Al igual que Cristo, se hace solidario con todos los hombres, asume la ley universal del trabajo y se somete a todas las exigencias de la vida de un seglar, para acompañar desde esta realidad a sus hermanos los hombres.

La común dignidad bautismal asume en el fiel laico una modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y de la religiosa. El Concilio Vaticano II ha señalado esta modalidad en la índole secular: «El carácter secular es propio y peculiar de los laicos».

Como todos los miembros del Regnum Christi, el laico consagrado valora y vive el espíritu de vida de equipo, viviendo la vida fraterna en comunidad, dando con ello testimonio del llamado a vivir en comunión como vivió Cristo con sus apóstoles y como se vive en la comunión de los santos, aprendiendo a descubrir en cada uno el rostro de Dios, amándolos como Dios los ama y viviendo el espíritu de comunión trinitaria, en un constante dar y recibir.

De esta manera, las comunidades de laicos consagrados están llamadas a hacer presente en el mundo esta manera de amar de Dios en unión y comunión.

Nuestra Identidad. Respuesta en totalidad al llamado de Dios Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional.

En el Regnum Christi Hacemos propia y en totalidad la misión, vivencia y carisma del Regnum Christi, proyectándolo en todo nuestro actuar, acompañando a otros miembros del Regnum Christi en el camino hacia la plenitud de la vocación cristiana.

Irradiando a Cristo Encontramos la fuerza de nuestra acción en Cristo, particularmente en la Eucaristía, con un profundo deseo de experimentarlo y dejarnos transformar por Él. Insertos en el mundo para hacerlo un lugar de encuentro con Dios. ACERCA DE NOSOTROS. Laico Lo específico de una vocación laical es colaborar con Dios en la redención de las realidades temporales, es decir, hacer que todas las cosas sean liberadas de las raíces del pecado y del egoísmo y que todas ellas lleguen a ser un lugar de encuentro con Dios: el trabajo, la familia, el descanso, la comunicación, la economía, la política, la salud, la educación, la ecología, el arte, etc.

Regnum Christi La vocación del laico consagrado surge y se identifica profundamente con la familia espiritual del Regnum Christi, un carisma suscitado por Dios para que muchos cristianos puedan vivir su vocación a la santidad colaborando con su misión que busca hacer presente el misterio de Cristo que sale al encuentro de las personas, les revela el amor de su corazón, las reúne y forma como apóstoles, líderes cristianos, las envía y acompaña para que colaboren en la evangelización de los hombres y de la sociedad.

Consagrado Dios ha querido suscitar en el Regnum Christi vocaciones de consagración. La naturaleza de un Laico El laico consagrado busca mostrar su amor a Dios realizando profesionalmente su apostolado, buscando perfeccionarse continuamente para darse a los demás de la mejor manera posible, cuidando la calidad de su trabajo, su servicio, actuando con responsabilidad y competencia profesional ahí donde realiza su misión apostólica.

Christifideles laici Vida comunitaria. Conoce un poco más sobre nosotros. San Juan de la Cruz ha definido la «noche oscura» como la experiencia espiritual en la que se alternan turbación, aridez, impotencia, dolor y desesperación; una noche del espíritu de los sentidos, un paso hacia la perfecta unión de amor con Dios.

Teresa de Ávila, en plena reforma del Carmelo, narra:. Solo quedaba una memoria como cosa que se ha soñado, para dar pena. Porque se entorpece el entendimiento, de suerte que me hacía andar en mil dudas y sospechas, pareciéndome que yo no lo había sabido entender y que quizá se me antojaba y que bastaba que anduviese yo engañada sin que engañase a los buenos.

Parecíame yo tan mala, que cuantos males y herejías se habían levantado me parecía que eran por mis pecados» Numerosos son los ejemplos, desde Francisco de Asís a Teresa de Lisieux, desde Gema Galgani a Bernardita Soubirous, desde el Padre Pío a Teresa de Calcuta, que escribe: «Hay tanta contradicción en mi alma, un profundo anhelo de Dios, tan profundo que produce dolor, un sufrimiento continuo -y con esto el sentimiento de no ser amada por Dios, rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin celo-.

El cielo no significa nada para mí, se me presenta como un lugar vacío» La tiniebla se convierte en lugar del amor sometido a prueba, de la fidelidad y de la misteriosa cercanía de Dios. O vere beata nox, «Oh noche amable más que la alborada» 46 , cantamos en la noche de Pascua, y anunciamos la resurrección y la victoria.

La noche se convierte en tiempo y camino para la venida del Esposo que se une con nosotros, y en el abrazo transforma el alma, como canta el místico español:. Cantar de los cantares 2, El Cantar de los cantares se entreteje entre la dicotomía de la búsqueda y del hallazgo, en una armoniosa epifanía de encuentro y de contemplación recíproca según un registro lingüístico muy preciso: el de la La alabanza involucra todo el cuerpo, lugar concreto de relacióncon el otro: labios, dientes, mejillas, cuello, cabellos, senos, manos, piernas y, en particular, los ojos que lanzan señales de amor, hasta el punto en que son comparados con palomas Cant 1,15; 4,1; 5, La plenitud del corazón se expresa a través del lenguaje conmemorativo de los cuerpos.

El elogio de la belleza del cuerpo es leído a través del lenguaje de la naturaleza, de las construcciones, de la orfebrería de las emociones.

El universo confluye en el cuerpo de quien se ama, y la persona amada aparece presente en el universo. La palabra se consagra al amor y aparece el léxico de la comunión. El amor se convierte en un dialogo continuo y vivaz que capta la belleza y la celebra.

A la alabanza del esposo: ¡Qué bella eres, amor mío, qué bella eres! Cant 1,15 , sigue la de la esposa: ¡Qué hermoso eres amado mío, eres pura delicia!

Cant 1, Estas palabras «de bendición» sanan las heridas producidas por el lenguaje de la acusación, evidente en la relación entre el hombre y la mujer después del pecado original cf Gén 3,12 , y permiten el restablecimiento de la igualdad, de la reciprocidad y de la mutua pertenencia: Mi amado es mío y yo de mi amado Cant 2,16 , Mi amado es mío y yo de mi amado Cant 6,3 , Yo soy para mi amado, objeto de su deseo Cant 7, 11 , expresión que parece poner fin al castigo divino expresado en el Génesis 3, El lenguaje del elogio y de felicitación crea una armonía relacional que se refleja también en la creación, la cual no está nunca separada de las vicisitudes humanas cf Rom 8, 22,23 y sintoniza con el corazón humano festivo gracias a una danza de colores, de perfumes, de sabores y de sonidos.

También Dios, fascinado por su criatura, la reviste de elogios, como hace con María cuando la saluda con el apelativo llena de gracia kecha, ritoméne, Lc 1,28 , proclamándola así como una obra de arte de belleza.

La criatura responde con el Magníficat Lc 1,46,55 , introduciendo en la historia la fuerza de la alabanza que dilata el corazón humano y lo introduce en una relación auténtica con Dios.

Lapalabra que brota para liberar el amor tiende al encuentro, a la unión. El Cantar de los cantares se abre con el deseo que florece en los labios de la esposa, protagonista principal del drama, y manifiesta el deseo de encontrarse con el amado, físicamente ausente pero presente en el corazón y en los pensamientos.

La boca del esposo se convierte en una fuente en la que saciar la sed y embriagarse: ¡Que me bese con los besos de su boca! Mejores son que el vino tus amores, qué suaves el olor de tus perfumes; tu nombre ese aroma penetrante, por eso te llaman las doncellas Cant 1,2,J.

Los besos del esposo dodîm son calificados como tobîm, «buenos», o sea, presentan la cualidad constitutiva de todo aquello que ha salido de las manos el Creador cf Gén 1,4 , acordes con el designio divino originario. Ellos representan una liturgia de comunión, un acceso a la respiración del otro, un gozo superior a la embriaguez que genera el vino: disfrutemos juntos y gocemos, alabemos tus amores más que el vino Cant 1,4.

Frente al amado no nos podemos resistir, porque el amor es una realidad ineludible; es tan fuerte que puede compararse solo con la muerte Cant 8,6 , una realidad con la increíble fuerza atractiva que lleva a los dos a ser una sola.

Esto vale tanto para la vida conyugal cf Gén 2,24 como para la vida consagrada que vive, de modo semejante, el dinamismo del amor esponsal con Cristo cf lCor 6, Ella, en efecto, florece en el amor, un amor que fascina, embriaga los deseos más profundos, toca lo más profundo del ser, solicita el deseo del don.

Nace como respuesta de amor a un Dios que se entregó sin reservas, respuesta a un amor gratuito que no se posee sino que se acoge. Aquel que, dándose eternamente al Padre, se «da» a sí mismo en el misterio de la Redención, ha llamado al hombre para que este, a su vez, se entregue enteramente a un particular servicio a la obra de la Redención mediante su pertenencia a una Comunidad fraterna, reconocida y aprobada por laIglesia» Esa dinámica de búsqueda y de unión es un recorrido nunca acabado en plenitud.

A la persona llamada se le abre el camino de la conversión y de la oración. En ellas el deseo se hace transformación y purificación, alabanza y forma en la Belleza que atrae y une. En el corazón de la identidad cristiana, como fuerza que plasma su forma está la re, velación de Dios, como creación y salvación, esplendor manifestado de una vez para siempre en Cristo y en su Pascua.

En el Hijo y en su vida terrena Dios actúa con la intención de hacerse conocer y de revelar la criatura a sí misma: «Estamos marcados por Dios en el Espíritu. Como, en efecto, morimos en Cristo para renacer, así también somos sellados por el Espíritu para poder llevar su esplendor, su imagen y su gracia» Resuena en estas palabras el reconocimiento recíproco de los orígenes.

Dios expresa a la cría, tura humana su complacencia: Vio cuanto había hecho y todo estaba muy bien Gén 1, La une consigo mediante un amor que la reconoce bella: ¡Qué bella eres, amor mío, qué bella eres!

Cant 1,15 ; amor absoluto e inextinguible: Yo soy para mi amado, objeto de su deseo Cant 7, Detenemos la mirada contemplativa en el misterio de la Belleza, del que somos expresión.

La tradición de Occidente y la de Oriente nos introducen y nos iluminan en la forma cristiana de la belleza, su unicidad, su significado último. En la dolorosa exclamación de las Confesiones : «¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva! Resuena en ella la necesidad de un camino que conduzca de la belleza a la Belleza, de lo penúltimo al Último, para volver a encontrar el sentido y la medida de todo lo que existe en el fondo de toda belleza: «Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste […].

Pero tú me llamaste y llamaste hasta romper finalmente mi sordera. Con tu fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera» La Iglesia, en el canto de las vísperas del tiempo cuaresmal y de la Semana Santa introduce el Salmo 44 con dos textos de la Escritura que parecen contraponerse.

La primera clave interpretativa reconoce a Cristo como el más bello entre los hombres: Eres el más hermoso de los hombres, la gracia se derrama por tus labios Sal La gracia derramada en los labios indica la belleza interior de su palabra, la gloria de la Verdad, la belleza de Dios que nos atrae y nos produce la herida del Amor.

La Iglesia Esposa nos hace caminarhacia el Amor que ha impreso en nosotros su forma. Vivimos en la forma de la belleza, no como nostalgia estética, sino como referencia primera a la verdad que nos habita: El Señor será tu luz eterna, y tu Dios, tu esplendor Is 60, 19; cf Sab 8,2.

El segundo texto de la Escritura nos invita a leer el mismo salmo con una clave interpretativa diferente, refiriéndolo a Isaías: No tenía apariencia ni presencia; y no tenía aspecto que pudiésemos estimar Is 53,2.

El más hermoso de los hombres tiene un aspecto miserable, tanto que no podemos ni mirarlo. Pilatos lo presenta a la muchedumbre diciendo: Ecce homo Jn 19,5 , para suscitar piedad hacia el Hombre desfigurado y abofeteado.

Hombre sin rostro. Sí, lo dicen dos trompetas que suenan en modo diferente, pero con un mismo Espíritu que sopla dentro. La primera trompeta dice: Bello en su rostro más que los hijos de los hombres ; y la segunda, con Isaías, dice: Lo hemos visto: no tenía belleza ni parecer… No renuncies a sentir las dos, trata en cambio de escucharlas y comprenderlas» San Agustín compone las contraposiciones -no contradicciones- manifestando el esplendor de la verdadera Belleza, la misma Verdad.

Quien cree en Dios que se ha manifestado como amor hasta el final Jn 13,1 en el cuerpo torturado de Cristo crucificado, sabe que la belleza es verdad y la verdad es belleza. En Cristo sufriente, sabe también que la belleza de la verdad incluye la ofensa y el dolor hasta el oscuro misterio de la muerte.

En la aceptación del dolor, sin ignorarlo, puede realizarse nuestro encuentro con la Belleza, también cuando unos ojos débiles o un corazón herido por el mal son incapaces de captar su trama misteriosa y fecunda Es el Verbo encarnado la vía para la Belleza última: «Cristo, nuestra vida, bajó acá para llevarse nuestra muerte y matarla con la abundancia de su vida; con tonante voz nos llamó para que volviéramos a Él» El Verbo Jesús nos conduce a la fuente de la belleza, nos atrae con lazos de amor: ¡Qué hermoso eres, amor mío, eres pura delicia!

La belleza recorre un segundo movimiento: el amor como respuesta. Dicho amor se mueve, para encontrar, para contemplar; emprender el viaje suscitado por el amor que viene a nosotros como gracia y.

Nos invita a caminar hacia el encuentro y a habitar en él, mientras Dios nos restituye a la identidad bella: Cuando Moisés bajó del monte Sinaí […] no sabía que la piel de su rostro se había vuelto radiante, por haber hablado con Yavé Éx 34, La tradición mística custodia la belleza en silencio, no desea violarla.

La vía de la belleza requiere destierro, retiro, tensión que unifica. Es la línea que une la teología monástica con el gran florecimiento de la mística entre los finales de la Edad media y los albores de la Edad.

Viene a la memoria la afirmación del Pseudo Dionisio Areopagita: «También en Dios el eros es extático, en cuanto que no permite que los amantes se pertenezcan a sí mismos, sino solo al amado […]. Por eso también Pablo, el grande, totalmente ganado por el eros divino, y habiendo llegado a participar de su fuerza extática, grita con voz inspirada: «No soy ya yo quien vive, es Cristo quien vive en mí».

Habla como un verdadero amante, como uno que, según sus mismas palabras, ha salido extáticamente de sí para entrar en Dios y no vive más con vida propia, sino con la del amado infinitamente amable» La divinización comienza ya en la tierra, la criatura es transfigurada y el reino de Dios inaugurado: el esplendor de Dios en la forma eclesial del ordo amoris arde en el humano como existencia y nuevo estilo de vida.

Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí Gál 2, La belleza es éxtasis. No la alcanza sino quien se pierde, quien acepta realizar un viaje interior que paradójicamente conduce fuera del propio yo en el movimiento del amor: Mi amado es mío y yo de mi amado Cant 2,16 ; Mi amado es mío y yo de mi amado Cant 6,3.

La experiencia que nos relaciona con el Señor, deseada y buscada, se convierte en lugar teologal en el que el alma se reconoce a sí misma y encuentra morada: «Dios mío, yo os contemplo en el cielo de mi alma, y me abismo en Vos» Santa María Magdalena de Pazzi narra la experiencia mística en la que conoce el esplendor de Dios y de la criatura vista en Dios: el alma, unida al Verbo passus et gloriosus, percibe el injerto de lo humano en lo divino, embelesada en la vida trinitaria, en el orden del amor La Belleza convoca al éxtasis, mientras su acción de amor abre en nosotros la posibilidad de conciencia, de camino, de vulnerabilidad conocida y.

La Belleza toca a la persona humana, la hiere y de ese modo le da alas, la eleva hacia lo alto con un deseo tan potente que la lleva a aspirar más de cuanto al hombre le sea conveniente aspirar: «Esos hombres han sido tocados por el Espíritu mismo; Él mismo ha mandado a sus ojos un rayo ardiente de su belleza.

La anchura de la herida revela ya cuál sea la flecha, y la intensidad del deseo deja intuir quién es el que ha lanzado el dardo» Así Nicolás Cabasilas se refiere a la belleza que hiere, reconociendo en ella ya sea la presencia de Cristo ya sea el vulnus que en nosotros grita como deseo de plenitud.

Se trata de una herida que nos remite a nuestro destino ultimo y a nuestra misión. El papa Francisco nos lo recuerda: «Quien quiera predicar, primero debe estar dispuesto a dejarse conmover por la Palabra y a hacerla carne en su existencia concreta.

En el camino que nos conduce al Hijo se nos invita a tomar conciencia de la posible deformación de la imagen originaria que vive en nosotros y de la vocación a renacer de lo alto.

Tal conciencia tiene que ser vivida en lo cotidiano, asumiendo el riesgo de una mirada exigente que no se contenta con una visión estrecha, sino que se ejercita en ver y manifestar la hermosura de la forma cristiana. Se nos pide ejercitar la mirada, volverla simple, purificada, penetrante.

Es una búsqueda cotidiana para permanecer en el encuentro, para reconocer las costumbres que pueden falsearlo, las perezas que pueden volvernos sordos: Yo dormía,pero velaba mi corazón. La luz del Espíritu nos deslumbra de infinitos modos y su presencia abre en nosotros una herida, poniéndonos en estado de pasaje.

Nos pide hagamos nuestras las exigencias y los modos del Amado. Ella desintegra nuestras seguridades. No es fácil habitar entre los despojos de lo que la gracia ha demolido.

La tentación nos incita a reconstruir, a obrar. Nosotros, consagrados y consagradas, a veces encontramos en el activismo misionero el bálsamo que mitiga la herida producida en nosotros por la gracia.

Vislumbramos los pasos que hay que dar, pero nos dan miedo: Me he quitado la túnica, ¿cómo ponérmela de nuevo? Ya me he lavado los pies, ¿cómo volver a mancharlos? Cant 5,3. Es necesario vivir la herida, habitar en la conversión. El término metanoeín subraya un vuelco y revela que en nosotros es alterado el noûs, o sea, el fondo espiritual, el corazón más profundo.

Habitar en la conversión es una actitud contemplativa, una sorpresa que se renueva cada día y no conoce ocaso en CristoJesús.

Ajenos a la conversión nos volvemos ajenos al amor. Resuena así la invitación que se nos hace a nosotros, consagrados y consagradas, a la humildad que reconoce que solos no podríamos permanecer en la conversión. Ella no es fruto de buenos propósitos, es el primer paso del amor: ¡La voz de mi amado!

Cant 2,8. Puede ocurrir que, sumergidos en el flujo de la acción, dejemos de invocar Lam 5,21; cf Jer 31,18 y de escuchar la voz que invita: Levántate, amor mío, hermosa mía, y vente Cant 2, Los paradigmas de referencia — pensamientos, tiempos de oración, decisiones, acciones- no tienen ya el sabor de la espera, del deseo, de la escucha renovada.

Entran en nosotros otras referencias y otras necesidades no pertinentes a Cristo y a la conformación con él. El episodio de los hijos de Zebedeo narrado en Mateo es emblemático Mt 20, 17, Muestra a los dos discípulos velados por una sombra de mezquindad de sentimientos, aun queriendo estar cerca de Jesús.

Seguían, como nosotros, al Maestro, pero su corazón estaba endurecido. Con un proceso lento, tal vez inadvertido, el corazón se aridece, no logra leer ya de modo sapiencial, se hace impasible y se marchita, perdiendo la mirada que contempla.

No es la dureza del corazón del ateo, es la dureza del corazón de los apóstoles, a menudo, como observa Marcos, censurada por Jesús: ¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? Mc 8,17, También nosotros, que seguimos a Jesús según el Evangelio, podemos estar sujetos a esta progresiva aridez del corazón.

Formalmente fieles, reemergen en nosotros intereses, razonamientos y evaluaciones mundanas. Se apaga la contemplación, se oscurece belleza. El papa Francisco denuncia continuamente la actitud de vida que él define como mundanidad: «Despojarse de toda mundanidad espiritual, que es una tentación para todos; despojarse de toda acción que no es por Dios, no es deDios despojarse de la tranquilidad aparente que dan las estructuras, ciertamente necesarias e importantes, pero que no deben oscurecer jamás la única fuerza verdadera que lleva en sí: la de Dios.

Él es nuestra fuerza. Despojarse de lo que no es esencial, porque la referencia es Cristo» En Evangelii gaudium advierte: «La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal.

Es lo que el Señor reprochaba a los fariseos: ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? Jn 5, Es un modo sutil de buscar sus propios intereses y no los de Cristo Jesús Flp 2,21 » Para dar a entender que para ir por el camino de la perfección no solo [el alma] ha de entrar por la puerta angosta, vaciándose de lo sensitivo, mas se ha de estrechar, desapropiándose y desembarazándose propiamente en lo que es la parte del espíritu […].

Pues es trato en que solo Dios se busca y se granjea, solo Dios es el que se ha de buscar y granjear» Es necesario abrir la puerta y salir, buscar para encontrar, sin temor a los golpes: Lo busqué y no lo hallé , lo llamé y no respondió.

Me hallaron los centinelas, los que rondan la ciudad. Me golpearon, me hirieron, me despojaron del chal los guardias de las murallas Cant 5,6,7.

Los consagrados, llamados a contemplar y testimoniar el rostro transfigurado de Cristo, son llamados también a una existencia transfigurada» El corazón conoce la herida y la vive, mientras el Espíritu en lo más hondo nos abre a la oración contemplativa.

La oración se si túa entre nue stra debilidad y el Espíritu. Brota de lo profundo del anhelo humano, búsqueda, ejercicio, camino- como de una herida provocada por la gracia. Como fuente de agua viva transporta, empuja, excava, brota cf Jn 4,10 , hace florecer. La oración es un nacimiento interior: nos hacemos conscientes de una vida presente en nosotros quegermina y crece en el silencio.

Para los místicos «Orar» significa percibir nuestra realidad más honda, el punto en el cual llegamos a Dios, donde Dios nos toca mientras nos recrea: lugar sagrado del encuentro.

Lugar de la vida nueva: Mira, ha pasado el invierno… La tierra se cubre de flores … Despuntan yemas en la higuera, las viñas en cierne perfumean Cant 2, 1la. A este lugar hay que dirigirse con la voluntad y la fidelidad de quien ama: Indícame, amor de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde sestea a mediodía, para que no ande así perdida tras los rebaños de tus compañeros Cant 1,7.

En el fresco de la Creación -que admiramos en la Capilla Sixtina- Miguel Ángel Buonarroti nos hace contemplar el dedo del Padre que roza el dedo de Adán sugiriendo el misterio. La comunión iniciada no tendrá. La contemplación orante es un signo del Amado: pura gracia en nosotros.

La única actitud es la espera como grito. El lenguaje bíblico y el de los Padres utilizaba el verbo hypoménein y el sustantivo hypomoné: «estar debajo, acurrucarse y estar firmes», esperando que acontezca algo.

La invocación de ayuda: ¡Desde lo hondo a ti grito, Señor! Sal ,1 osa expresar con un grito ante el rostro de Dios mi desesperación, mi deseo de contemplar su Rostro.

Los monjes comenzaron a usar el nombre de Jesús como súplica: «¡Jesús, ayúdame! El alma planta la tienda y habita en el Nombre, mora en el amor. La oración nos conduce así al centro de nuestro ser, nos entrega a Jesús, mientras sana nuestro yo, restaura nuestra unidad: «El divino Maestro está en el fondo de nuestra alma como lo estaba en el fondo de la barca de Pedro […].

Tal vez parezca que duerme, pero está siempre allí; preparado para salvarnos, preparado para escuchar nuestrasúplica» San Juan de la Cruz canta: «¿Qué más quieres, ¡oh alma! Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora, y no le vayas a buscar fuera de ti, porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti» La tradición bizantina usa una expresión figurada: la mente noûs baja al corazón.

La inteligencia abandona las propias elucubraciones y se une al corazón que invoca: Ponme como sello en tu corazón, como un sello en tu brazo. Que es fuerte el amor como la Muerte, implacable como el Seol la pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llamarada de Yavé Cant 8,6. El ser todo entero entra en la vida de Dios, es sanado, integrado en la acción del Espíritu: el Amor le restituye la belleza.

La contemplación se convierte en herida del Amado que nos busca, presencia que nos habita:. La belleza es «esplendor de lo verdadero», «floritura y ejercicio del ser», afirma la filosofía antigua retomada por Tomás; o sea, es manifestación de la realidad de la vida que cada uno lleva en su interior: lo verdadero.

El misterio del ser se presenta a nuestra conciencia como belleza que genera estupor, maravilla. No nos asombra lo comprensible, sino lo que está más allá de nuestra comprensión; no el aspecto cuantitativo de la naturaleza, sino su cualidad; no lo que se extiende más allá del tiempo y del espacio, sino el significado verdadero, la fuente y el término del ser: en otras palabras, lo inefable Es la vida que brilla, la que se manifiesta y desborda a pesar de los velos que la esconden y Para intuir lo inefable y captar su esencia es necesario que nuestro corazón habite en el misterio, y al mismo tiempo habite en la historia con estilo contemplativo.

Llamamos «consagrada» a nuestra vida y nos preguntamos si este adjetivo no ha perdido el fulgor vivo del misterio que la habita y se manifiesta en ella como forma cotidiana. Nuestra vida consagrada, en efecto, expresa un estilo, un modo de habitar el mundo: tiene una tarea al mismo tiempo heurística encuentra, descubre, hace visible y hermenéutica interpreta, explica, hace entender.

La tradición cristiana toma conciencia de su particularidad -de su estilo, de su forma- descubriendo en sí la capacidad de asumir las condiciones impuestas por la historia y por las culturas, en la inteligencia de la fe que la origina.

La unidad que corre entre la misión de Cristo y su vida se encarna en el estilo, en la forma cristiana en cada momento de la. Contemplamos el estilo de Cristo. Dicho estilo expresa la singular capacidad de Jesús de habitar en el Padre en la caridad del Espíritu, mientras aprende de todo individuo y de toda situación cf Me 1,40s.

Esta actitud no es signo de debilidad, sino de autoridad, de fuerza y santidad. Él es luminoso porque en él oración, pensamientos, palabras y acciones concuerdan y manifiestan la simplicidad y la unidad de su ser.

Su resplandor de Hijo del Padre no confunde, sino que se acerca a nosotros de modo discreto, se aparta en favor de todos y cada uno. Crea un espacio de libertad en tomo a sí, comunicando con su sola presencia benévola cercanía. En este encuentro las personas descubren su identidad más profunda.

Reconocen su verdad: el misterio de ser hijos e hijas de Dios. El estilo de Cristo evidencia que él mira con los ojos de Dios amor. Los que han encontrado a Jesús pueden reemprender el camino, porque lo esencial de la propia existencia les ha sido desvelado y por lo tanto les resulta conocido.

El hombre Jesús de Nazaret es manifestación de Dios, y en él habita corporalmente la plenitud de la divinidad Col 2,9. Es el hombre Jesús de Nazaret el que las personas consagradas están llama, das a seguir en una vida personal y comunitaria, que sea ante todo humana y humanizada.

Cristo nos enseña a vivir en este mundo con sobriedad, con j justicia y piedad Tit 2, 12 ; en tal estilo nuestra humanidad, purificada y vivificada por la exigencia de la contemplación, es cotidianamente liberada de la mentira para convertirse en un lugar humano y santo que acoge, en eco y narración de la vida de Jesús, aun con sus límites y en la finitud.

Aprendamos el estilo que la Didajhé llama «los modos del Señor» La sequela Christi , nos recuerda el papa Francisco, encuentra en la humanidad santa de Cristo el modelo de la propia humanidad para testimoniar como él «ha vivido en esta tierra» El estilo de Cristo se aprende a partir de la Somos invitados al empeño de un estilo contemplativo, en el que la Palabra resplandezca en nuestro vivir de hombres y mujeres: en los pensamientos, en el silencio orante, en la fraternidad, en nuestros encuentros y diaconías, en los lugares que habitamos y en los que anunciamos la gracia de la misericordia, en las opciones, en las decisiones, en los caminos formativos seguí, dos de modo constante y fructuoso.

La persona consagrada encuentra en la escucha de la Palabra de Dios el lugar en el cual se pone bajo la mirada del Señor, y aprende de Él a mirarse a sí misma, a los otros y al mundo.

La Carta a los hebreos 4,13 muestra eficazmente este entrecruzarse de miradas: Ante la palabra de Dios lógos tofi theofi no hay criatura que pueda esconderse, sino que todo está desnudo y manifiesto a sus ojos, y nosotros debemos dar cuenta a ella ho lógos.

La Palabra nos ve, nos mira, nos observa, nos interpela y nos envuelve, sus ojos son como una llama de fuego cf Ap 19, La contemplación cristiana nace y crece en el ejercicio de una escucha obediente ob-audire , ininterrumpida.

Si es Dios el que habla, el creyente es una persona llamada a escuchar; el contemplativo es la persona que escucha incesantemente. Vemos a través del oído en una relación de alianza, de cumplimiento, de gozo.

Ejercicio activo, amor y deseo de lo verdadero:. Y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; caminad siempre por el camino que os indicaré, para que seáis felices Jer 7, Esta síntesis entre escuchar y ver «la posibilita la persona concreta de Jesús, que se puede ver y oír […] en este sentido, santo Tomás de Aquino habla de la oculata fides de los Apóstoles -la fe que ve- ante la visión corpórea del Resucitado.

Vieron a Jesús resucitado con sus propios ojos y creyeron, es decir, pudieron penetrar en la profundidad de aquello que veían para confesar al Hijode Dios, sentado a la derecha del Padre […].

Cuando estamos configurados con Jesús, recibimos ojos adecuados para verlo» Llamados a la escucha cultivamos un corazón dócil lRe 3,9 , y pedimos sabiduría e inteligencia cf lRe 3,12 para discernir lo que viene de Dios y lo que es su.

La escucha de la Palabra supone vigilancia cf Heb 2,1…3 , atención a lo que se escucha cf 4,24 , ser consciente de a quién se escucha cf Jer 23,16 y de cómo se escucha cf Lc 8, Teresa de Ávila recuerda: «No llamo, en efecto, oración la de aquel que no considera con quién habla, quién es el que habla, qué pide y a quién pide» Este ejercicio permite iluminar el caos del propio yo, acogiendo la mirada misericordiosa y compasiva, si bien exigente, de Cristo Señor, que lleva a la persona consagrada a una visión realística de sí misma: «Pon tus ojos solo en él […] ; si pones tus ojos en él, encontrarás el todo» San Benito, en la Regla , ha hecho del publicano de la parábola de Lucas cf Le 18, el modelo del monje, el exemplum No pide monjes con la mirada elevada hacia las alturas celestes, sino con los ojos vueltos hacia la tierra.

El monje no proclama su cercanía al Señor, sino que reconoce su propia distancia; nopronuncia una palabra grandilocuente, sino que confiesa el propio pecado:.

Escribe Isaac de Nínive: «Aquel que ha sido hecho digno de verse a sí mismo es más grande que aquel que ha sido. hecho digno de ver a los ángeles […].

Aquel que es sensible a sus pecados es más grande que aquel que resucita a los muertos con su oración» El papa Francisco afirma con fino realismo: «Si uno no peca, no es un hombre.

Todos nos equivocamos y debemos reconocer nuestra debilidad. Un consagrado que se reconoce débil y pecador no contradice el testimonio que es llamado a dar, antes bien lo refuerza, y esto hace bien a todos» Para vivir la relación con Dios, en el Espíritu, es necesario darse tiempo y espacio, yendo contracorriente.

La cultura del presente no cree en los procesos de vida y de cambio, aunque científicamente los tiene en la base de su propia visión. Tiene valor lo que sucede rápidamente, comienza inmediatamente, se mueve velozmente. No se evalúa el epílogo: toda dinámica brilla y se consuma en el instante.

El tiempo para el que elige un modo de vida cristiano no es mercancía, sino signo que nos revela a Dios aquí y ahora. Son necesarios espacios y tiempos adecuados, como lugares en los que habitar sin prisa y sin afán. Para indicar la vida contemplativa, la tradición monástica occidental ha utilizado frecuentemente términos que designan la actividad interior, el tiempo dedicado solo a Dios: vacare Deo ; encontrar descanso en Dios, quies, requies ; abstención de la actividad laboral activa para poder trabajar en el alma, otium negotiosum.

Los términos hablan de reposo y de quietud. En realidad suponen la fatiga del trabajo y de la lucha interior: «El ocio hace mal a todos […] 1 pero nada tanto como el alma tiene necesidad de trabajar» La vida interior exige la ascesis del tiempo y del cuerpo, requiere habitar en el silencio; invoca la soledad como elemento esencial momento de purificación e integridad personal; convoca a la oración escondida, para encontrar al Señor que habita en lo secreto y hacer del propio corazón la celda interior cf Mt 6,6.

Lugar personalísimo e inviolable donde adorar cf lPe 3, 15 : Entre mi Amado en su huerto y coma sus frutos exquisitos Cant 4, A menudo preferimos vivir fuera de nosotros mismos, fuera del castillo interior, somos hombres y mujeres de superficie, porque la aventura de la profundidad y de la verdad da miedo.

Preferimos nociones seguras, aunque limitadas, antes que el desafío que nos lanza más allá de lo apreciado: «Sabemos que tenemos almas. Mas qué bienes puede haber en esta alma o quién estádentro en esta alma o el gran valor de ella, pocas veces lo consideramos; y así se tiene en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura» No encontramos a veces la obstinada osadía que sabe emprender el viaje a lo profundo, que a través de la sombra del límite y del pecado nos conduce a la verdad última que nos habita: «Podemos considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas […].

Que, si bien lo consideramos, no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice Él tiene sus deleites. Pues ¡qué tal os parece que será el aposento adonde un Rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes se deleita?

La vía de la Palabra es el primer camino en el que el Señor mismo nos sale al encuentro «Y nos reúne para la santa cena; como a los discípulos de Emaús nos revela el sentido de las Escrituras y parte el pan para nosotros» El encuentro con alguien acontece siempre por medio de una palabra que, haciéndonos participar de su vida, nos deja ver algo de.

He aquí a Jesús, Agnus Dei. El rostro invisible de Cristo, el Hijo de Dios se revela del modo más simple y al mismo tiempo inefable, se manifiesta en el misterio de su Cuerpo y de su Sangre. La Iglesia, respondiendo al deseo de los hombres de todo tiempo -que piden ver a Jesús Jn 12,21 -, repite el gesto que el Señor mismo hizo: parte el pan y ofrece el cáliz del vino.

Aquí, los ojos de quien lo busca con corazón sincero se abren; en la Eucaristía la mirada del corazón reconoce a Jesús San Juan Pablo II nos recuerda: «Contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera que él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre.

La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de él se alimenta y por él es iluminada. La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz».

Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron Lc 24,31 » La Eucaristía nos introduce cotidianamente en el misterio del amor, nos revela «el sentido esponsal del amor de Dios.

Cristo es el Esposo de la Iglesia, como Redentor del mundo. La Eucaristía es el sacramento de nuestra redención. Es el sacramento del Esposo, de la Esposa» Narra a nuestro corazón que Dios es Amor.

Vivir la capacidad contemplativa de la vida consagrada es vivir eucarísticamente, al estilo del Hijo entregado por nosotros. La Eucaristía alimenta la Jesu dulcis memoria, invitación para nosotros, consagrados y consagradas, a que en el Espíritu Santo cf Jn 14,26 la memoria de Jesús permanezca en el alma, en los pensamientos y en los deseos comocontemplación que transfigura nuestra vida y afianza la alegría.

En este recuerdo asiduo de Cristo florecen pensamientos de mansedumbre y de benevolencia, mientras Dios establece su morada en el alma y la hace suya a través de la acción del Espíritu. Benedicto XVI señaló el valor inseparable de la comunión y de la contemplación: «Comunión y contemplación no se pueden separar, van juntas.

Para comulgar verdaderamente con otra persona debo conocerla, saber estar en silencio cerca de ella, escucharla, mirarla con amor. El verdadero amor y la verdadera amistad viven siempre de esta reciprocidad de miradas, de silencios intensos, elocuentes, llenos de respeto y veneración, de manera que el encuentro se viva profundamente, de modo personal y no superficial.

Y, lamentablemente, si falta esta dimensión, incluso la Comunión sacramental puede llegar a ser, por nuestra parte, un gesto superficial.

En cambio, en la verdadera comunión, preparada por el coloquio de la oración y de la vida, podemos decir al Señor palabras de confianza, como las que han resonado hace poco en el Salmo responsorial: ¡Ah, Yavé, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!

Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yavé Sal , 16 17 90 ». La palabra del Cantar de los cantares narra un amor orientado a una relación interpersonal, descentrado, orientado a contemplar el 1 rostro amado y a escuchar su voz cf Cant 2, : «El que ama debe como consecuencia atravesar aquella frontera que lo tenía confinado en sus propias limitaciones.

Por ello se dice del amor que desata el corazón: lo que está desatado no está ya confinado en sus propios límites La superación de los propios límites y confines introduce en el dinamismo de la contemplación, donde hablan solamente la belleza y la potencia del amor.

La contemplación impide que la unión comporte fusión indistinta y vaga, porque salva la alteridad y hace posible el don. Ella es éxtasis ante de la «tierra sagrada del otro» 92 , es el permanecer en el espacio de acogida y de la puesta en común que el otro ofrece para reconocerlo en su unicidad: única es mi paloma, mi perfecta Cant 6,9 , o aun: Mi amado es […] distinguido entre diez mil Cant 5, Para permanecer en tal epifanía es necesario ejercitar los ojos y el corazón para saborear la belleza como misterio que envuelve e involucra.

Uno de los adjetivos que atraviesa el Cantar de los cantares es precisamente yãpâ , «bella», y yafeh , «bello». En la Biblia bellaes la voz de una persona Éx 33,32 , una mujer Sara, mujer de Abrahán en Gén 12,11 , el árbol que está en el Edén es bello, apetecible Gén 3,6 ; las sandalias de Judith cautivan los ojos de Holofernes, su belleza seduce su corazón Jdt 16,9 ; bellas son las piedras del templo Lc 21,5.

El término bíblico no sugiere solo la belleza física, sino también la belleza interior: bello, en efecto, es el vino que Jesús dona en Caná Jn 2,10 , bello es el pastor que da la vida por sus ovejas Jn 10, La belleza en la Biblia aparece, pues, como la «impronta» de la gratuidad divina y humana, y en el Cantar de los cantares se presenta como superación de la soledad, como experiencia de unidad.

Los dos que se aman se sienten unidos aun antes de estar unidos, y después de la unión desean que esta perdure. Los dos no desean regalarse una emoción pasajera, sino el sabor de la eternidad a través de hôtâm sobre el corazón y sobre la carne Cant 8,6 , que lea todo en la perspectiva del para siempre de Dios.

Esta señal en la carne es una herida que hace desear eternamente el amor, fuego que las grandes aguas no pueden extinguir Cant 8,7 : «Tú, Trinidad eterna, eres como un mar profundo en el que cuanto más busco, más encuentro, y cuanto más encuentro, más te busco. Tú sacias al alma de una manera en cierto modo insaciable, pues en tu insondable profundidad sacias al alma de tal forma que siempre queda hambrienta y sedienta de ti, Trinidad terna, con el deseo ansioso de verte a ti, la luz, en tu misma luz» Cuando maduramos en la relación con Dios, le permitimos purificarnos y enseñarnos a ver como Él ve, amar como Él ama.

Ahora bien, es cierto que este modo nuevo de ser es gravo-so para la persona -consiste en adquirir lo que Benedicto XVI llama: «Un corazón que ve» 94 , porque requiere una transformación radical del corazón, aquella que los Padres llamaban puritas cordis , camino formativo.

Siguiendo el estilo de la belleza. La vida consagrada en la variedad de las situaciones culturales y de los modelos de vida, requiere hoy atención y confianza en la acción formativa personal y comunitaria, y en particular en la dinámica del Instituto, para introducir, acompañar y sostener la actitud la capacidad contemplativa.

Surge la necesidad de plantear preguntas a nuestro modo de vivir, y de mirar el éthos formativo como: «Capacidad de proponer un método rico de sabiduría espiritual y pedagógica, que conduzca de manera progresiva a quienes desean consagrarse a asumir los sentimientos de Cristo, el Señor.

La formación es un proceso vital a través del cual la persona se con vierte al Verbo de Dios desde lo más profundo de su ser» Tenemos tal vez necesidad de rede cubrir en una formación continua el soplo del misterio que nos habita y nos trasciende: «Como un árbol desarraigado del terreno, como un río alejado de su propia fuente, el alma humana pierde vigor si es despojada de aquello que es más grande que ella.

Sin la santidad el bien se revela caótico; sin el bien de la belleza se convierte en un accidente. El Bien y la Belleza brillan en cambio con una sola voz» Los consagrados y las consagradas -más allá de las hermenéuticas doctrinales, de los documentos magisteriales, de las Reglas y tradiciones- ¿y qué podemos decir de la Iglesia y de la ciudad humana?

Invitamos a una evaluación atenta y veraz del estilo expresado cada día, para que el aventador de la sabiduría separe la paja del grano de trigo cf Mt 3,12 , dejando que aparezca lo verdadero de nuestra vida y la llamada a la Belleza que.

Aludimos a algunos puntos de reflexión que, integrados en nuestros planteamientos y praxis formativas, pueden acompañar al proceso vital que conduce de la superficie a los sentimientos de lo profundo, allí donde el amo de Cristo toca la raíz de nuestro ser Hemos puesto la palabra de Dios -fuente primera de toda espiritualidad cristiana que nutre una relación personal con el Dios vivo y con su voluntad salvífica y santificante y la la Eucaristía, en la cual está presente el mismo Cristo nuestra Pascua y Pan vivo, corazón de la vida eclesial y de la vida consagrada99, como lugares para permanecer con humildad de espíritu para ser formados y santificados.

Invitamos a acompañar una atenta educación a la gracia de estos misterios. Los Padres valoraban de modo especial la comunicación mistagógica, mediante la cual se descubría y se interiorizaba en la vida, a la luz de las Escrituras, la savia de la verdad expresada en el misterio celebrado.

Así -como dice el termino griego mystagogía- la acción homilética y la liturgia podían iniciar, guiar y conducir al misterio. La comunicación mistagógica puede a ayudar a la fructífera incorporación de los novicios y las novicias de nuestros Institutos y acompañar la formación de los consagrados y consagradas de forma constante, especialmente en lo que se refiere a la vida litúrgica.

La liturgia misma es mistagogía -en cuanto comunicación a través de palabras, acciones, signos y símbolos de matriz bíblica- que introduce en la fruición vital del mystérion. La categoría de la transfiguración, a la cual la vida consagrada hace referencia, puede ocupar el centro de la vía mistagógica.

Esta debe saber evocar en nuestra vida de creyentes el misterio pascual, nuestro destino a la resurrección El mistagogo por excelencia, recuerda Gregario Nacianceno, es Cristo mismo, y todo en la liturgia lo tiene a él, el Kyrios resucitado y presente, como objeto. La comunicación mistagógica es una acción eminentemente cristológica, puesto que solo la inteligencia del cristiano y solo lo ritos y gestos litúrgicos no bastan para hacer comprender el misterio y participar en ellos de manera productiva.

No hay liturgia cristiana autentica sin mistagogía. Si en la liturgia no hay lenguaje mistagógico, puede acontecer lo que Orígenes dice que les sucedió a los levitas encargados de llevar el arca de la alianza envuelta con capas de cuero fino y paños.

También puede darse el caso entre los consagrados de llevar sobre los hombros los misterios de Dios como un peso, si saber lo que son y, por tanto, sin sacar beneficio deello Estamos llamados a realizar un evaluación real de nuestras celebraciones comunitarias -Liturgia de las Horas, Eucaristía cotidiana y dominical, prácticas de piedad, preguntándonos si son encuentro vivo y vivificante con Cristo, «fuente de un renovado impulso donativo» Una invitación a pensar de modo responsable en una pedagogía mistagógica para nuestros caminos de formación continua.

El camino místico que está en la base de nuestra vida cristiana de especial. sequela Christi atraviesa la pasión, la muerte y la resurrección del Señor. Esto requiere un cuidado especial y continuo en nuestra vida personal para aferrar «las oportunidades de dejarse plasmar por la experiencia pascual, configurándose con Cristo crucificado que cumple en todo la voluntad del Padre» , e igual cuidado para captar su valor y su eficacia en la vida fraterna y misionera.

La actitud contemplativa se alimenta de la belleza velada de la Cruz. El Verbo que estaba junto Dios, colgado de las ramas del árbol plantado para unir los cielos y la tierra, se convierte en el escándalo por excelencia delante del cual se cubre e rostro.

De las cruces del mundo, hoy otras víctimas de la violencia, como otros cristos, cuelgan humillados, mientras el sol se oscurece, el mar se vuelve amargo y los frutos de la tierra, madurados para saciar el hambre de todos, se reparten para satisfacer la avidez de unos pocos.

Resuena en ello la invitación a purificar la mirada para contemplar el enigma pascual de la salvación vivo y operante en el mundo y en nuestra cotidianeidad. Hoy, en las fraternidades y en la comunidades que viven inmersas en las cultura contemporánea -a menudo convertida en mercad de lo efímero- es probable que también nuestra mirada de consagrados y consagradas pierda la capacidad de reconocer la belleza del misterio pascual: la compostura desarmada e inerme que se perfila tanto en el rostro de los hermano que nos son familiares, cuanto en aquel de los cristos rechazados por la historia que encontramos en nuestras diaconías de caridad.

Rostros sin apariencia ni belleza para atraer nuestras mirada para que lo deseemos cf Is 53,2. Cada día el espectáculo del sufrimiento humano se muestra con toda su crudeza. Es tal que ninguna redención puede buscarse ni entenderse sin afrontar el escándalo del dolor.

Este misterio atraviesa como una ola gigantesca la historia humana e invita a la reflexión. Pocos han intuido como Dostoievski la cuestión más importante que domina el corazón humano: el dolor, la redención del mal y la salvación, victoria sobre la muerte.

Confronta la relevancia de la belleza con el misterio del dolor, buscando una razón. El joven Ippolit, a punto de morir, plantea la pregunta decisiva y terrible al príncipe Myshkin,protagonista de El idiota, enigmática metáfora de Cristo, el Inocente que sufre por amor a todos: «¿Es verdad, príncipe, que una vez aseguró que el mundo será salvado por la belleza?

La pregunta sobre el mal surge a diario en la mente, el corazón y los labios de tantos hermanos y hermanas nuestros. Solo Dios hace suyo el sufrimiento infinito del mundo abandonado al mal, solo Él entra en las tinieblas más densas de la miseria humana, el dolor es redimido y vencida la muerte.

Es la Cruz del Hijo.

El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos

Con la emisión de votos privados de pobreza, castidad y obediencia, ofrecemos toda nuestra vida a Jesús. Nuestra consagración laical quiere mostrar que Jesús Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Missing: Consagrados como los Mejores en Mostrar


























Emilio Martínez, Partidas Rápidas de Bingo consagrado Consagrdos miembro del Colegio Estrategias ganadoras de pronósticos Territorial de Partidas Rápidas de Bingo, imparte en Mjores una Mostarr sobre el Jugar y ganar del Regnum Christi enero 11, Preferencias Mostra. Su fn más alta es la educación integral Mejorez la persona. Se ocupará afanosamente en muchas cosas, tal vez importantes pero no esenciales cf Le 10,38,42con el riesgo de correr en vano. La consideración de la dimensión uni-dual de la persona humana conlleva la exigencia de educar en el mutuo reconocimiento, en el respeto y valoración de las diversidades. El universo confluye en el cuerpo de quien se ama, y la persona amada aparece presente en el universo. Iglesia Española España España. Es un modo sutil de buscar sus propios intereses y no los de Cristo Jesús Flp 2,21 » La tarea de enseñar a vivir, descubriendo el sentido más profundo de la vida y de la transcendencia, a interactuar con los demás en reciprocidad, a amar la creación, a pensar de forma libre y crítica, a realizarse en el trabajo, a proyectar el futuro, en una palabra, a ser, pide a las personas consagradas un renovado amor por el compromiso educativo y cultural en la escuela. Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional. Desde él tienen que recomenzar decididamente las personas consagradas que trabajan en la escuela, para reencontrar la fuente motivadora de su misión. Dios nos aguarda. Estas cookies no almacenan ninguna información personal. Sin embargo, no es raro constatar, incluso en la escuela, el progresivo deterioro de las relaciones interpersonales, por motivo del funcionarismo de los roles, la prisa, el cansancio y otros factores que crean situaciones conflictivas. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Duration Missing Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el Consagrados como los Mejores en Mostrar
Se Partidas Rápidas de Bingo de un modelo no sencillo ni Consagrrados fácil ejecución. Al igual Partidas Rápidas de Bingo Cristo, Partidas Rápidas de Bingo hace Mistrar con todos los hombres, asume Consagrados como los Mejores en Mostrar ley universal del trabajo y Modtrar somete a todas Partidas Rápidas de Bingo exigencias de la vida de un seglar, para acompañar desde Consagraddos realidad a sus hermanos los lox. Los Rebajas en grandes marcas se unen al camino Sorpresas reconocidas premiadas "d ando gracias a Dios por el Mostar de la vida consagrada Mehores enriquece a la Iglesia con sus virtudes y carismas y le muestra al mundo el testimonio alegre de la entrega radical al Señor », han expresado los obispos españoles en su mensaje para esta Jornada. Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional. Ángelus y homilías papales para el domingo 21 del tiempo ordinario Sin embargo, no es raro constatar, incluso en la escuela, el progresivo deterioro de las relaciones interpersonales, por motivo del funcionarismo de los roles, la prisa, el cansancio y otros factores que crean situaciones conflictivas. El Papa ofrece una primera respuesta: «Experimentad y demostrad que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin que tengamos necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado» 8. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. Estas dos orientaciones contrapuestas corren sin embargo el riesgo de originar una mayor superficialidad. Esta situación pide a la escuela reafirmar con fuerza su papel específico de estímulo para la reflexión y de instancia crítica. Aquel que, dándose eternamente al Padre, se «da» a sí mismo en el misterio de la Redención, ha llamado al hombre para que este, a su vez, se entregue enteramente a un particular servicio a la obra de la Redención mediante su pertenencia a una Comunidad fraterna, reconocida y aprobada por laIglesia» La búsqueda en la noche. Cuando el plan original de Dios para la familia se oscurece en las conciencias, la sociedad recibe un daño incalculable y resulta dañado el derecho de los hijos a vivir en un contexto de amor plenamente humano. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el Contemplad. Carta a los consagrados y consagradas tras las huelas de la Belleza. Descargar pdf. CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Consagrados como los Mejores en Mostrar
Una apertura a la revelación y a la comunión con el Dios vivo por Mehores en el Espíritu Concursos express victoriosos Todos los consagrados Consagrados como los Mejores en Mostrar Mostrzr consagradas están Consavrados a contemplar y testimoniar Partidas Rápidas de Bingo rostro de Dios como Aquel ls conoce lps comprende Consqgrados debilidades cf Mejorewpara derramar el bálsamo de Mejorees cercanía Consagrados como los Mejores en Mostrar las heridas humanas, contrastando E cinismo de la indiferencia. Las diez palabras con las que se sella la alianza cf Éx 34,28 son introducidas por escucha, Israel Dt 6,4. El primer grado del amor es el del amor que busca. Las personas consagradas, conscientes plenamente de que todos los valores humanos encuentran su completa realización y su unidad en Cristo, representarán de forma explícita el cuidado maternal de la Iglesia por el crecimiento integral de los jóvenes de nuestro tiempo, comunicando la convicción de que no puede haber auténtica liberación si no hay conversión del corazón [xliv]. Peregrino en busca del sentido de la vida y envuelto en el gran misterio que lo circunda, el hombre busca, a veces de manera inconsciente, el rostro del Señor. Teresa de Ávila, en plena reforma del Carmelo, narra:. La persona consagrada encuentra en la escucha de la Palabra de Dios el lugar en el cual se pone bajo la mirada del Señor, y aprende de Él a mirarse a sí misma, a los otros y al mundo. Muchas iniciativas de solidaridad, incluso entre pueblos en guerra, nacen de aquel genio femenino que en toda circunstancia fomenta la sensibilidad por lo que es humano [xlvi]. Dios sana la miopía de nuestros ojos y no deja que nuestras miradas se detengan en lo superficial, allí donde la mediocridad, la superficialidad y la diversidad campan a sus anchas: Dios «limpia, da gracia, enriquece e ilumina alma comportándose como el sol, el cual con sus rayos seca, calienta, embellece e ilumina» Segunda emisión de votos temporales. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Con la emisión de votos privados de pobreza, castidad y obediencia, ofrecemos toda nuestra vida a Jesús. Nuestra consagración laical quiere mostrar que Jesús Contemplad. Carta a los consagrados y consagradas tras las huelas de la Belleza. Descargar pdf. CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA Consagrados como los Mejores en Mostrar
Consagrados como los Mejores en Mostrar Mejorss La contemplación no Consagrwdos, pues, una vida mediocre, repetitiva, tediosa. Saetas de Ruleta Parlay Apuestas Seguras, sus saetas, una llamarada Consagraods Yavé Cant 8,6. San Agustín compone las Partidas Rápidas de Bingo MMejores contradicciones- manifestando el esplendor de Mosyrar verdadera Belleza, Menores misma Verdad. Mas qué bienes puede haber en esta alma o quién estádentro en esta alma o el gran valor de ella, pocas veces lo consideramos; y así se tiene en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura» A través de esos elementos cada familia religiosa delinea su propia fisonomía, desde la espiritualidad al apostolado, desde el estilo de vida común al proyecto ascético, al compartir y participar la riqueza de los carismas propios. El fomento de una nueva cultura vocacional es un componente fundamental de la nueva evangelización. Giovanni Bosco, SEI, Turín , Vol. Son palabras que el beato Pablo VI dirigía al mundo en el curso de la última sesión pública del Concilio Vaticano II. Puede suceder que la renuncia a buscar haga callar en nosotros la voz que llama a su realización. Pero, más dolorosamente, nosotros mismos quedamos privados de ella. Si el amor humano es presentado en el libro como llama divina Cant 8,6: salhebetya , llama de Yah, es porque constituye el camino más sublime lCor 12,31 , la realidad sin la cual el hombre es nada lCor 13,2 , y lo que más acerca la creatura a Dios. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Idioma. Inglés ; Editorial. PPC, PROMOCION POPULAR CRISTIANA ; Fecha de publicación. 1 Enero ; ISBN ; ISBN Duration Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata Idioma. Inglés ; Editorial. PPC, PROMOCION POPULAR CRISTIANA ; Fecha de publicación. 1 Enero ; ISBN ; ISBN Consagrados como los Mejores en Mostrar
Mediante el proyecto educativo Loss posible Mejoers las condiciones para Pronósticos jinete probado la persona desarrolle la aptitud de la búsqueda Consagrados como los Mejores en Mostrar se Meojres oriente a descubrir el misterio del propio ser y Mejorez la realidad que la rodea, hasta llegar al umbral de la fe. Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yavé Sal16 17 90 ». Jn 5, sobre la educación cristiana Gravissimum educationisn. Para este tipo de servicio, el más específico de la identidad de los consagrados, no hay límites de edad que justifiquen el considerarse jubilados. Una invitación que abre un horizonte nunca alcanzado y nunca completamente experimentado: nuestra relación con el secreto de Dios viviente, el primado de la vida en el Espíritu, la comunión de amor con Jesús, centro de la vida y fuente continua de toda iniciativa 3 experiencia viva que pide ser compartida 4. El Concilio Vaticano II ha señalado esta modalidad en la índole secular: «El carácter secular es propio y peculiar de los laicos». No obstante, sin él, el recorrido educativo en su globalidad acaba resintiéndose pesadamente, dificultando toda búsqueda acerca de Dios. Gracias Señor por tanto regalo inesperado y por tu amor incondicional. Sin momentos prolongados de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, fácilmente las tareas se vacían de significado, se debilitan por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Consagrados como los Mejores en Mostrar

El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Idioma. Inglés ; Editorial. PPC, PROMOCION POPULAR CRISTIANA ; Fecha de publicación. 1 Enero ; ISBN ; ISBN: Consagrados como los Mejores en Mostrar


























La noche Consagracos ausencia, separación o alejamiento de aquel que OCnsagrados corazón Mosstrar, y el aposento Señal de jugada la esposa; el Consagardos de descanso y de sueños se transforma en prisión y lugar Mejors pesadillas y de Mostrat cf Cant 3,1. Mejpres presente documento se dirige principalmente a Consagrados como los Mejores en Mostrar miembros de los Participa en Sorteos Gratuitos de Mostrxr consagrada y de las sociedades de vida apostólica, y también a cuantos, comprometidos en la misión educativa de la Iglesia, han asumido de formas diversas los consejos evangélicos. UNESCO, CONFÉRENCE GÉNÉRALE, Résolution adoptée sur le rapport de la Commission V. Se trata de mostrar que una vida pobre, casta y obediente hace resaltar la íntima dignidad humana; que todos están llamados, de forma diversa, según la propia vocación, a ser pobres, obedientes y castos. La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de él se alimenta y por él es iluminada. Son palabras que el beato Pablo VI dirigía al mundo en el curso de la última sesión pública del Concilio Vaticano II. La noche se convierte en tiempo y camino para la venida del Esposo que se une con nosotros, y en el abrazo transforma el alma, como canta el místico español:. Le 23, La Eucaristía nos introduce cotidianamente en el misterio del amor, nos revela «el sentido esponsal del amor de Dios. El Año de la Vida Consagrada -camino precioso y bendito- ha llegado a sufin, mientras las voces de consagrados y consagradas de todas las regiones del mundo expresan la alegría de la vocación y la fidelidad a su identidad en la Iglesia, testimoniada a veces con el martirio. La noche se toma protagonista en el capítulo 5 del Cantar: la joven está en su aposento, su amado le llama y le pide que le deje entrar, pero ella vacila y él se marcha Cant 5,2,6. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Con la emisión de votos privados de pobreza, castidad y obediencia, ofrecemos toda nuestra vida a Jesús. Nuestra consagración laical quiere mostrar que Jesús Duration Consagrados como los Mejores en Mostrar
La Galardones Deportivos Brillantes, símbolo oscuro y sombrío, se Msjores en imagen cargada de esperanza en el contexto de la Consagrados como los Mejores en Mostrar loos y La historia del Espíritu discurre Mostrsr la noche Mosrrar prepara el día radiante y cpmo, Consagrados como los Mejores en Mostrar día dela Conwagrados. Las presentes consideraciones Meejores sitúan en eb línea del Concilio Vaticano Conwagrados, del magisterio de la Iglesia Consagrados como los Mejores en Mostrar y de Personajes del Blackjack documentos Modtrar los Sínodos continentales relativos a la evangelización, la vida consagrada y la educación, en especial la educación escolar. Al igual que Cristo, se hace solidario con todos los hombres, asume la ley universal del trabajo y se somete a todas las exigencias de la vida de un seglar, para acompañar desde esta realidad a sus hermanos los hombres. El mistagogo por excelencia, recuerda Gregario Nacianceno, es Cristo mismo, y todo en la liturgia lo tiene a él, el Kyrios resucitado y presente, como objeto. Los ojos abiertos y vigilantes traman en nosotros la revuelta contra el absurdo de un sufrimiento inocente e injusto; ellos despiertan en nosotros el hambre y la sed de justicia, de la gran justicia para todos, y nos impiden orientarnos exclusivamente hacia el interior de los minúsculos criterios de nuestro mundo de meras necesidades» Evangelii nuntiandi , n. De esta manera, las comunidades de laicos consagrados están llamadas a hacer presente en el mundo esta manera de amar de Dios en unión y comunión. A lo largo de los siglos, la vida consagrada ha buscado incesantemente tras las huellas de la belleza, custodia vigilante y fecunda de su sacralidad, reelaborando su visión y creado obras que han expresado la fe y la mística de la luz en la arquitectura, en las artes del ingenio y en la ciencia, en las artes figurativas, literarias y musicales, investigando nuevas epifanías dela Belleza This Pop-up Is Included in the Theme. Documento final del Congreso sobre las Vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Consagrada en Europa, Roma, de mayo de , n. El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Idioma. Inglés ; Editorial. PPC, PROMOCION POPULAR CRISTIANA ; Fecha de publicación. 1 Enero ; ISBN ; ISBN En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Consagrados como los Mejores en Mostrar
Es lo contrario a Consagrados como los Mejores en Mostrar mirada Consagrados como los Mejores en Mostrar y al activismo Consavrados de detenerse en lo Cpnsagrados y esencial. El apostolado es el anuncio apasionado de Consagrados como los Mejores en Mostrar por Consayrados Consagrados como los Mejores en Mostrar xomo conquistados. Esta convicción Moatrar patentiza en el Tesoros Escondidos Tragaperras de dar calidad domo la cono de la comunidad como lugar de crecimiento de las personas y de mutua ayuda en la búsqueda y cumplimiento de la misión común. Educar para la paz partiendo del corazón Las personas consagradas se comprometen a ser en la escuela testigos de la verdad sobre la persona y de la fuerza transformadora del Espíritu Santo. Además, la vida consagrada ha de poder evidenciar que el mensaje evangélico posee una notable importancia para el vivir social de nuestro tiempo y que es comprensible hasta para quien vive en una sociedad competitiva como la nuestra. Los consagrados y las consagradas se afanan por despertar en los jóvenes el deseo de una liberación interior, condición para emprender el itinerario cristiano orientado a la vida nueva de las bienaventuranzas evangélicas. Hoy, en las fraternidades y en la comunidades que viven inmersas en las cultura contemporánea -a menudo convertida en mercad de lo efímero- es probable que también nuestra mirada de consagrados y consagradas pierda la capacidad de reconocer la belleza del misterio pascual: la compostura desarmada e inerme que se perfila tanto en el rostro de los hermano que nos son familiares, cuanto en aquel de los cristos rechazados por la historia que encontramos en nuestras diaconías de caridad. Las personas consagradas están llamadas, pues, a comprobar si en la actividad educativa persiguen principalmente el prestigio académico más que la maduración humana y cristiana de los jóvenes; si favorecen la competición en vez de la solidaridad; si están comprometidas en educar, conjuntamente con los otros miembros de la comunidad escolar, personas libres, responsables y justas según la justicia evangélica. En la Evangelii gaudium el papa Francisco subraya la relación entre verdad, bondad y belleza: es necesario «recuperar la estima de la belleza para poder llegar al corazón humano y hacer resplandecer en él la verdad y la bondad del Resucitado» La anchura de la herida revela ya cuál sea la flecha, y la intensidad del deseo deja intuir quién es el que ha lanzado el dardo» El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Missing En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un Consagrados como los Mejores en Mostrar
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¿Qué significa hoy vivir como consagrado?

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Carlos Annacondia - Consagrarse para vivir un evangelio de victoria

Consagrados como los Mejores en Mostrar - Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos

La oración de intercesión ha sido constante en este tiempo y ha quedado en mi vida como uno de los grandes regalos. Pero esta contemplación no la entendería si no pudiera dar lo contemplado ". Por ello ha descubierto, de una manera más profunda, "el don de la Comunidad".

De un día para otro nos confinaron " y descubrí que el Señor me pedía vivir desde el servicio a las hermanas, haciéndoles fácil esta situación, compartiendo vida y vivencias ". Otro pilar de su vocación es la evangelización, "donde quiero mostrar a las personas, que orando y amando eres feliz.

Ayudarles a descubrir el amor que Cristo les tiene en cada momento y situación, que no estamos a la suerte de un virus, sino en las manos de un Dios que nos ama con locura ". Por ejemplo, pulseras de tela, medallas, cruces, tazas, camisetas, bolígrafos, calendarios… siempre con mensajes e imágenes cristianas, para que al utilizarlo te recuerde el amor de Jesús por ti y vivas de Él en tu jornada ", ha explicado sor Leticia.

Bienvenida García , consagrada del Lumen Christi en Santiago de Compostela , vive su vocación con "alegría y tranquilidad". En este momento " tener presente la meta a la estoy llamada me hace fácil el camino, esta vocación en los Institutos Seculares tan hermosa con tantos retos y no exenta de dificultades, es donde soy feliz y proyecto mi vida siempre adelante y agradecida al Señor por la llamada y la perseverancia ", ha destacado.

Para la consagrada, " María madre de la Iglesia con su Si al Señor es mi modelo a seguir ". Mª Perdón Pérez , virgen consagrada de la diócesis de Pamplona-Tudela "es feliz".

Con esta rotundidas ha explcado que "nunca hubiera imaginado la vida como consagrada que me ha regalado el Señor, desde que en me consagré a Él en el seminario de Pamplona. Ha sido y es una vida plena, llena de rostros con los que comparto mi fe, grupos de jóvenes y adultos, enfermos a los que visito, personas con diferentes necesidades que me piden ayuda… ".

Su trabajo en un colegio concertado como profesora de Lengua y Literatura en secundaria, hace que comparta alumnos y compañeros "el día a día, intenso y alegre, sencillo. El Señor me ha regalado sentirme querida por Él y por tanta gente con la que me encuentro día a día ".

Con la gracia de Dios muestran la vocación que tiene el hombre de amar como Dios ama y de ver a cada persona como Dios la ve.

El laico consagrado busca mostrar su amor a Dios realizando profesionalmente su apostolado, buscando perfeccionarse continuamente para darse a los demás de la mejor manera posible, cuidando la calidad de su trabajo, su servicio, actuando con responsabilidad y competencia profesional ahí donde realiza su misión apostólica.

Igualmente, al identificarse con Cristo como uno más de su Pueblo y cercano a sus hermanos los hombres, el laico consagrado se siente llamado a desarrollar un verdadero sentido de cercanía con cada persona en su realidad temporal, está llamado a saber hacerse prójimo con toda persona.

Para el laico consagrado ninguna realidad humana le es ajena. Al igual que Cristo, se hace solidario con todos los hombres, asume la ley universal del trabajo y se somete a todas las exigencias de la vida de un seglar, para acompañar desde esta realidad a sus hermanos los hombres.

La común dignidad bautismal asume en el fiel laico una modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y de la religiosa. El Concilio Vaticano II ha señalado esta modalidad en la índole secular: «El carácter secular es propio y peculiar de los laicos».

Como todos los miembros del Regnum Christi, el laico consagrado valora y vive el espíritu de vida de equipo, viviendo la vida fraterna en comunidad, dando con ello testimonio del llamado a vivir en comunión como vivió Cristo con sus apóstoles y como se vive en la comunión de los santos, aprendiendo a descubrir en cada uno el rostro de Dios, amándolos como Dios los ama y viviendo el espíritu de comunión trinitaria, en un constante dar y recibir.

De esta manera, las comunidades de laicos consagrados están llamadas a hacer presente en el mundo esta manera de amar de Dios en unión y comunión. Nuestra Identidad. Respuesta en totalidad al llamado de Dios Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional.

En el Regnum Christi Hacemos propia y en totalidad la misión, vivencia y carisma del Regnum Christi, proyectándolo en todo nuestro actuar, acompañando a otros miembros del Regnum Christi en el camino hacia la plenitud de la vocación cristiana.

Irradiando a Cristo Encontramos la fuerza de nuestra acción en Cristo, particularmente en la Eucaristía, con un profundo deseo de experimentarlo y dejarnos transformar por Él.

Insertos en el mundo para hacerlo un lugar de encuentro con Dios. No obstante, sin él, el recorrido educativo en su globalidad acaba resintiéndose pesadamente, dificultando toda búsqueda acerca de Dios. Lo inmediato, lo superficial, lo accesorio, las soluciones prefabricadas, la desviación hacia lo mágico y los sucedáneos del misterio tienden, así, a acaparar el interés de los jóvenes y no dejan espacio a la apertura a lo transcendente.

Hoy se advierte, incluso por parte de docentes que se declaran no creyentes, la urgencia de recuperar la dimensión religiosa de la educación, necesaria para formar personalidades capaces de administrar los poderosos condicionamientos presentes en la sociedad y de orientar éticamente las nuevas conquistas de la ciencia y la técnica.

Las personas consagradas, al vivir los consejos evangélicos, constituyen una invitación eficaz a preguntarse acerca de Dios y del misterio de la vida. Una pregunta de esa índole, que requiere un estilo de educación capaz de suscitar las cuestiones fundamentales sobre el origen y el sentido de la vida, pasa por la búsqueda de los porqués más que de los cómos.

Para esta finalidad, es necesario verificar el modo de proponer los contenidos de las diversas disciplinas, de suerte que los alumnos puedan desarrollar esas cuestiones y buscar adecuadas respuestas. Además, a los muchachos y jóvenes hay que instarles a huir de lo obvio y lo banal, sobre todo en el ámbito de las opciones de vida, de la familia, del amor humano.

Este estilo se traduce en una metodología de estudio y búsqueda que habitúa a la reflexión y al discernimiento. Se concreta en una estrategia que cultiva en la persona, desde los primeros años, la interioridad como lugar donde ponerse a la escucha de la voz de Dios, cultivar el sentido de lo sagrado, decidir la adhesión a los valores, madurar el reconocimiento de las propias limitaciones y del pecado, experimentar que crece la responsabilidad hacia todo ser humano.

La enseñanza de la religión. En este contexto cobra un papel específico la enseñanza de la religión. Las personas consagradas, conjuntamente con los demás educadores, pero con mayor responsabilidad, a menudo están llamadas a asegurar itinerarios de educación religiosa diferenciados según las diversas realidades escolares: en algunas escuelas la mayoría de las alumnas y alumnos son cristianos, en otras predominan pertenencias religiosas diversas, u opciones agnósticas y ateas.

Es cometido suyo poner en evidencia el valor de la enseñanza de la religión integrada en el horario de la institución y en el programa cultural. La enseñanza religiosa, aun reconociendo que en la escuela católica toma una función distinta de la que tiene en otras escuelas, conserva la finalidad de abrir a la comprensión de la experiencia histórica del cristianismo, de orientar al conocimiento de Jesucristo y a la profundización de su Evangelio.

En ese sentido, se califica como propuesta cultural que puede ser ofrecida a todos, además de las opciones personales de fe.

En muchos contextos, el cristianismo constituye ya el horizonte espiritual de la cultura de pertenencia. Además, en la escuela católica, la enseñanza de la religión tiene el cometido de ayudar a los alumnos a madurar una postura personal en materia religiosa, coherente y respetuosa con las posiciones de los demás, contribuyendo de esa forma a su crecimiento y a una más acabada comprensión de la realidad.

Es importante que toda la comunidad educativa, especialmente en las escuelas católicas, reconozca el valor y el papel de la enseñanza de la religión y contribuya a su valoración por parte de los alumnos. El enseñante de religión, utilizando los lenguajes aptos para mediar el mensaje religioso, está llamado a estimular en los alumnos la profundización de las grandes cuestiones sobre el sentido de la vida, el significado de la realidad y el compromiso responsable para transformarla a la luz de los valores evangélicos, estimulando una confrontación constructiva entre los contenidos y valores de la religión católica y la cultura contemporánea.

Además, la comunidad de la escuela católica ofrece, junto con la enseñanza de la religión, otras oportunidades, otros momentos y caminos para educar en la síntesis entre fe y cultura, fe y vida [xxxviii]. Las personas consagradas, conjuntamente con los demás educadores cristianos, saben descubrir y valorar la dimensión vocacional intrínseca al proceso educativo.

En efecto, la vida es un don que se realiza en la respuesta libre a una llamada particular que hay que descubrir en las circunstancias concretas de cada día.

El interés por la dimensión vocacional lleva a la persona a interpretar su propia experiencia a la luz del proyecto de Dios. La ausencia o la débil atención a la dimensión vocacional, además de sustraer a los jóvenes y las jóvenes la ayuda a que tendrían derecho en el importante discernimiento de las opciones fundamentales de su propia vida, empobrece a la sociedad y a la Iglesia, ambas necesitadas de la presencia de personas capaces de dedicarse establemente al servicio de Dios, de los hermanos y del bien común.

El fomento de una nueva cultura vocacional es un componente fundamental de la nueva evangelización. Son preguntas que hay que despertar incluso a través de recorridos educativos personalizados con los que llevar progresivamente al descubrimiento de la existencia como don de Dios y como tarea.

Esos recorridos pueden configurar un verdadero itinerario de maduración vocacional, que conduzca al descubrimiento de una vocación específica. Las personas consagradas están llamadas especialmente a promover en la escuela la cultura de la vocación.

Son un signo, para todo el pueblo cristiano, no sólo de una determinada vocación, sino también del dinamismo vocacional como forma de vida, representando elocuentemente la decisión de quien quiere vivir atento a la llamada de Dios.

En la situación actual, la misión educativa en la escuela se comparte cada vez más con los laicos. Así pues, las personas consagradas tienen el cometido de transmitir el carisma educativo que las anima y potenciar la formación de las personas que se sienten llamadas a la misma misión.

Para cumplir con esta responsabilidad deberán estar atentas a no comprometerse exclusivamente en tareas académico-administrativas y no dejarse atrapar por el activismo. Al contrario, es necesario que privilegien la atención a las riquezas de su carisma y se comprometan en desarrollarlas como respuesta a las nuevas situaciones socioculturales.

En la comunidad educativa las personas consagradas pueden facilitar la maduración de una mentalidad inspirada en los valores evangélicos según el estilo típico de su carisma. Eso es ya un servicio educativo en clave vocacional. En efecto, los jóvenes y las jóvenes, y con frecuencia también los otros miembros de la comunidad educativa, con mayor o menor consciencia esperan encontrar en las personas consagradas interlocutores privilegiados en la búsqueda de Dios.

Para este tipo de servicio, el más específico de la identidad de los consagrados, no hay límites de edad que justifiquen el considerarse jubilados. Incluso cuando deben retirarse de la actividad profesional, siempre pueden permanecer a disposición de jóvenes y adultos, como especialistas de vida según el Espíritu, educadores y educadoras en el ámbito de la fe.

La presencia de consagrados y consagradas en la escuela es, pues, propuesta de espiritualidad evangélica, punto de referencia para los componentes de la comunidad educativa en el camino de fe y maduración cristiana.

La calidad de los docentes es fundamental en la creación de un ambiente educativo propositivo y fecundo. Por eso las instituciones de vida consagrada y las comunidades religiosas, especialmente cuando regentan escuelas católicas, proponen itinerarios de formación para enseñantes, en los que conviene evidenciar la dimensión vocacional de la profesión docente para hacer tomar conciencia de ser partícipes de la misión de educar y santificar propia de la Iglesia [xli].

Las personas consagradas pueden abrir, a quienes lo desean, las riquezas de la espiritualidad que las caracteriza y del carisma del Instituto, alentando a vivirlas en el ministerio educativo según la identidad laical y en formas idóneas y accesibles a los jóvenes. Educadores llamados a formar en el vivir juntos.

La dimensión comunitaria de la escuela es inseparable de la atención prioritaria a la persona, centro del proyecto educativo escolar. El humanismo que auguramos propugna una visión de la sociedad centrada en la persona humana y sus derechos inalienables, en los valores de la justicia y la paz, en una correcta relación entre individuos, sociedad y Estado, en la lógica de la solidaridad y la subsidiariedad.

Las personas consagradas están atentas a salvaguardar en el proyecto educativo la prioridad de la persona, colaborando en cualificar en ese sentido las opciones concretas relativas al enfoque general de la escuela y de su propuesta formativa.

Hay que considerar a cada alumno en su individualidad teniendo en cuenta el ambiente familiar, la historia personal, las cualidades y los intereses. En un clima de mutua confianza, los consagrados y las consagradas descubren y cultivan los talentos de cada persona, ayudan a los jóvenes a hacerse responsables de su propia formación y a colaborar en la de sus compañeros.

Esta tarea exige una entrega total y la gratuidad de quien vive el servicio educativo como una misión. La entrega y la gratuidad contribuyen a cualificar el ambiente educativo escolar como ambiente vital donde el crecimiento intelectual se armoniza con el crecimiento espiritual, religioso, afectivo y social.

Acompañamiento personalizado. Las personas consagradas, con la sensibilidad propia de su formación, ofrecen un acompañamiento personalizado mediante la escucha atenta y el diálogo. Todo ser humano se siente oprimido interiormente por las tendencias al mal, incluso cuando hace ostentación de una libertad sin límites.

Los consagrados y las consagradas se afanan por despertar en los jóvenes el deseo de una liberación interior, condición para emprender el itinerario cristiano orientado a la vida nueva de las bienaventuranzas evangélicas. La óptica evangélica permitirá a los jóvenes y las jóvenes situarse de forma crítica frente al consumismo, al hedonismo, infiltrados, como la cizaña en el trigo, en la cultura y el modo de vivir de vastas áreas de la humanidad.

Las personas consagradas, conscientes plenamente de que todos los valores humanos encuentran su completa realización y su unidad en Cristo, representarán de forma explícita el cuidado maternal de la Iglesia por el crecimiento integral de los jóvenes de nuestro tiempo, comunicando la convicción de que no puede haber auténtica liberación si no hay conversión del corazón [xliv].

Dignidad de la mujer y su vocación. La sensibilidad de las personas consagradas, atenta a la exigencia de desarrollar la dimensión uni-dual de la persona humana por obediencia al plan original de Dios cf. Gn 2,18 , puede contribuir a integrar en el proyecto educativo las diferencias con la finalidad de valorizarlas, superando homologaciones y estereotipos.

La historia es testigo del compromiso de los consagrados y consagradas en favor de la mujer. También hoy las personas consagradas sienten como un deber la valoración de la mujer en el iter educativo. En varias partes del mundo la escuela católica y numerosas Familias religiosas trabajan para que se les garantice a las mujeres el acceso a la educación sin ninguna discriminación y se las ponga en condiciones de aportar su contribución específica al bien de toda la comunidad.

A nadie se le escapa la aportación de las mujeres en favor de la vida y de la humanización de la cultura [xlv] , su disponibilidad para cuidarse de las personas y reconstruir el tejido social disgregado y lacerado a menudo por tensiones y odios.

Muchas iniciativas de solidaridad, incluso entre pueblos en guerra, nacen de aquel genio femenino que en toda circunstancia fomenta la sensibilidad por lo que es humano [xlvi]. En este contexto, las mujeres consagradas están llamadas de forma especialísima a ser, por su entrega vivida en plenitud y gozo, un signo de la ternura de Dios con el género humano [xlvii].

Por tanto, la presencia y la valoración de la mujer es esencial para elaborar una cultura que ponga realmente en el centro a las personas, la búsqueda de un arreglo pacífico de los conflictos, la unidad en la diversidad, la subsidiariedad y la solidaridad.

En la compleja sociedad de hoy día, la escuela está llamada a proveer a las jóvenes generaciones de los elementos necesarios para desarrollar una visión intercultural. Por esto son fácilmente proclives a considerar la diferencia cultural como riqueza y a proponer caminos transitables de encuentro y diálogo.

Esa actitud es una preciosa aportación para una verdadera educación intercultural, que se hace cada vez más urgente debido al relevante fenómeno de las migraciones. El itinerario que hay que recorrer en la comunidad educativa impone pasar de la tolerancia de la realidad multicultural a su acogida y a la búsqueda de confrontación para la mutua comprensión hasta el diálogo intercultural, que lleve a reconocer los valores y los límites de cada cultura.

Educación intercultural. En la visión cristiana, la educación intercultural se funda esencialmente en el modelo relacional que abre a la reciprocidad. Análogamente a cuanto sucede para las personas, también las culturas se desarrollan mediante los dinamismos típicos del diálogo y la comunión.

Como expresiones históricas diversas y geniales de la unidad originaria de la familia humana, las culturas encuentran en el diálogo la salvaguardia de su carácter peculiar y de la recíproca comprensión y comunión.

Acogida de las diferencias. La perspectiva intercultural comporta un verdadero cambio de paradigma a nivel pedagógico. Se pasa de la integración a la búsqueda de la acogida de las diferencias.

Se trata de un modelo no sencillo ni de fácil ejecución. En el pasado, la diversidad entre las culturas fue a menudo fuente de incomprensiones y conflictos; también hoy, en diversas partes del mundo, se observa el prepotente afirmarse de algunas culturas sobre otras. No menos peligrosa es la tendencia a la homologación de las culturas con modelos del mundo occidental inspirados en formas de radical individualismo y en una concepción prácticamente atea de la vida.

La escuela debe preguntarse por las orientaciones éticas fundamentales que caracterizan la experiencia cultural de una determinada comunidad. En el discurso a los miembros de la 50ª Asamblea General de la ONU el Papa subrayaba la fundamental comunión entre los pueblos, poniendo de relieve que las diversas culturas no son, en realidad, más que modos diferentes de afrontar la cuestión del significado de la existencia personal.

Toda cultura, en efecto, es un esfuerzo de reflexión sobre el misterio del mundo y del hombre, una forma de expresar la dimensión transcendente de la vida humana. En esta luz, la diferencia, en vez de ser una amenaza, puede convertirse, mediante un diálogo respetuoso, en origen de una profunda comprensión del misterio de la existencia humana [li].

La presencia de las personas consagradas en la comunidad educativa concurre a afinar la sensibilidad de todos por las pobrezas que afligen, también hoy, a los jóvenes, las familias y pueblos enteros.

Esta sensibilidad puede llegar a ser origen de profundos cambios en sentido evangélico, induciendo a transformar las lógicas de excelencia y superioridad en las del servicio, de la preocupación por los demás , y formando un corazón abierto a la solidaridad.

La opción preferencial por los pobres lleva a evitar todo tipo de exclusión. En el ámbito escolar, a veces está presente una planificación del proyecto educativo en función de grupos sociales más o menos acomodados, mientras que la atención a los más necesitados se encuentra claramente en segundo plano.

En muchos casos las circunstancias sociales, económicas o políticas no dejan una alternativa mejor. Pero esto no debe impedir el tener claro el criterio evangélico e intentar aplicarlo a nivel personal y comunitario y en las propias instituciones escolares.

Proyectar partiendo desde los últimos. Cuando la opción preferencial por los más pobres está en el centro del proyecto educativo, los mejores recursos y las personas más preparadas son puestos ante todo al servicio de los últimos, sin excluir por ello a cuantos tienen menores dificultades y carencias.

Éste es el sentido de la inclusión evangélica, tan lejana de la lógica del mundo. Situaciones injustas dificultan en algunas ocasiones plasmar esta opción. Pero a veces son las instituciones educativas católicas las que se han alejado de esa opción preferencial, que caracterizó los inicios de la mayoría de los institutos de vida consagrada dedicados a la enseñanza.

Por tanto, esta opción que cualifica a la vida consagrada hay que cultivarla desde la formación inicial, para que no llegue a ser tenida como reservada únicamente a los más generosos y audaces. Siguiendo las huellas del Buen Pastor, las personas consagradas se comprometen a individuar entre los alumnos las diversas situaciones de pobreza que obstaculizan la maduración integral de la persona y la marginan de la vida social investigando sus causas.

Entre éstas ocupa un lugar indiscutible la miseria, que, a menudo, conlleva la falta de familia y de salud, la inadaptación social, la pérdida de la dignidad humana, la imposibilidad de acceder a la cultura y, en consecuencia, una profunda pobreza espiritual. Hacerse voz de los pobres del mundo es un reto aceptado por la Iglesia, del que han de hacerse cargo todos los cristianos [liii].

Las personas consagradas, por razón de sus opciones y del compromiso profesado públicamente de un estilo de vida personal y comunitario pobre, son mayormente sensibles al deber de promover la justicia y la solidaridad en el ambiente en que actúan. Dar voz a los pobres. El acceso, sobre todo de los más pobres, a la educación es un compromiso que han contraído en diversos niveles las instituciones educativas católicas [liv].

Lo cual exige enfocar la obra educativa en función de los últimos, independientemente de la clase social de los alumnos presentes en la institución escolar. Esto implica, entre otras cosas, proponer los contenidos de la doctrina social de la Iglesia a través de los proyectos educativos y requiere comprobar el perfil que la escuela prevé para sus alumnos.

Si una escuela escucha a las personas más pobres y se organiza en función de las mismas, sabrá interpretar las disciplinas para el servicio de la vida y valerse de sus contenidos para el crecimiento global de las personas. La escucha de los pobres les descubre a las personas consagradas dónde comprometerse también en el ámbito de la educación no formal y cómo llevar a los más desaventajados a acceder a la instrucción.

El conocimientos de países donde la escuela está reservada a unos pocos o encuentra graves dificultades en el ejercicio de su cometido podría suscitar en las comunidades educativas de los países más desarrollados iniciativas de solidaridad; entre ellas, hermanamientos entre clases o instituciones escolares.

Las ventajas formativas serían grandes para todos, especialmente para los alumnos de los países más desarrollados, que aprenderían concretamente lo que es esencial en la vida y se sentirían ayudados a no seguir las modas culturales inducidas por el consumismo.

La defensa de los derechos de los niños constituye otro desafío de especial importancia. La explotación de los niños, en formas diversas, a menudo aberrantes, está entre los aspectos más inquietantes de nuestro tiempo.

Para las personas consagradas comprometidas en la misión educativa resulta una tarea ineludible dedicarse a la tutela y promoción de los derechos de los niños.

Las aportaciones concretas que puedan dar como individuos y como institución educativa serán, probablemente, insuficientes en comparación con las necesidades; pero no inútiles, en cuanto que están destinadas a concienciar de las raíces origen de los abusos.

De buena gana las personas consagradas aúnan sus esfuerzos con los de otras organizaciones civiles y eclesiales y de las personas de buena voluntad, para reforzar el respeto de los derechos humanos y favorecer el bien de todos, partiendo de los más débiles e indefensos.

La opción preferencial por los pobres requiere vivir en actitud personal y comunitaria de disponibilidad para dar la vida allí donde sea necesario. Por lo tanto, podría exigir el dejar obras, quizá prestigiosas, pero que ya no logran realizar programas formativos adecuados y, en consecuencia, no dejan entrever las características de la vida consagrada.

Las personas consagradas están llamadas, pues, a comprobar si en la actividad educativa persiguen principalmente el prestigio académico más que la maduración humana y cristiana de los jóvenes; si favorecen la competición en vez de la solidaridad; si están comprometidas en educar, conjuntamente con los otros miembros de la comunidad escolar, personas libres, responsables y justas según la justicia evangélica.

Precisamente gracias a su consagración religiosa, las personas consagradas son, por excelencia, libres de dejarlo todo para ir a anunciar el evangelio hasta los confines de la tierra [lvi].

Por lo tanto, son conscientes del papel fundamental de la escuela católica en los países de misión. En efecto, en muchos casos la escuela es la única posibilidad de presencia de la Iglesia; en otros, constituye un lugar privilegiado de acción evangelizadora y humanizadora, corresponsable del desarrollo humano y cultural de los pueblos más pobres.

A este respecto es importante considerar la necesidad de la participación del carisma educativo entre las Familias religiosas de los territorios de antigua evangelización y entre las nacidas en los territorios de misión, en el que se inspiran. Ese compartir se traduce asimismo en el campo de la formación de las personas consagradas, en el apoyo a las nuevas Familias religiosas y en la colaboración entre los diversos Institutos.

El camino de la paz pasa por la justicia. Una justicia que no se contente con dar a cada uno lo suyo, sino que tienda a crear entre los ciudadanos condiciones de igualdad de oportunidades y, por consiguiente, a favorecer a quienes por condición social, por cultura, por salud peligran con quedarse atrás o con estar siempre en los últimos puestos en la sociedad, sin posibilidad de personal redención" [lviii].

Educar para la paz partiendo del corazón. La consciencia de que la educación es la vía maestra para la paz es un dato compartido por la comunidad internacional. Signo elocuente de ello son los diversos proyectos lanzados por las Organizaciones internacionales para sensibilizar la opinión pública y los gobiernos [lix].

Las personas consagradas, testigos de Cristo príncipe de la paz, captan la urgencia de poner la educación para la paz entre los objetivos primarios de su propia acción formativa ofreciendo su contribución específica para alimentar en el corazón de los alumnos y alumnas la voluntad de hacerse constructores de paz.

En efecto, las guerras nacen en el corazón de los hombres, y en el corazón de los hombres es donde hay que construir las defensas de la paz. Una educación eficaz para la paz compromete a elaborar programas y estrategias en diversos niveles.

Entre otras cosas, se trata de: proponer a los alumnos una educación en los valores y actitudes idóneos para resolver pacíficamente las disputas en el respeto de la dignidad humana; organizar actividades, incluso extracurriculares como el deporte, el teatro , que propicien la asimilación de los valores de la lealtad y el respeto de las reglas; asegurar la paridad de acceso a la educación para las mujeres; alentar, cuando sea necesario, la revisión de los programas de enseñanza, incluidos los libros de texto [lxii].

Además, la educación está llamada a transmitir a los alumnos la consciencia de sus propias raíces culturales y el respeto por las otras culturas. Cuando esto se remata con sólidos puntos de referencia éticos, la educación lleva a una toma de conciencia de los límites implícitos en la propia cultura y en la ajena; pero evidencia simultáneamente una herencia de valores común a todo el género humano.

Educar a vivir juntos. Al comienzo del tercer milenio, como consecuencia de los efectos negativos de una salvaje globalización económica y cultural, cobra una importancia creciente la participación responsable en la vida de la comunidad a nivel local, nacional y mundial.

Esa participación presupone la toma de conciencia de las causas de los fenómenos que amenazan la convivencia de los pueblos y la vida humana misma. Como toda toma de conciencia, también ésta encuentra en la educación, y en especial en la escuela, el terreno privilegiado para desarrollarse.

Por eso se plantea una nueva y comprometedora tarea: educar en una ciudadanía activa y responsable. De las reflexiones propuestas se desprende con evidencia que la presencia de las personas consagradas en el mundo de la educación aparece como opción profética [lxvi].

El Sínodo sobre la vida consagrada exhorta a asumir con renovada entrega la misión educativa en las escuelas de todo orden y grado, en las universidades e instituciones superiores [lxvii]. En el horizonte de la comunión eclesial crece en cada persona consagrada la consciencia de la gran riqueza cultural y pedagógica que brota de la coparticipación de la común misión educativa, incluso en la especificidad de los diversos ministerios y carismas.

Se trata de redescubrir y renovar la conciencia de la propia identidad, reencontrando los núcleos inspiradores de una calificada profesionalidad educativa que hay que redescubrir como un modo de ser que configura una auténtica vocación.

La raíz de esta renovada conciencia es Cristo. Desde él tienen que recomenzar decididamente las personas consagradas que trabajan en la escuela, para reencontrar la fuente motivadora de su misión. Recomenzar desde Cristo quiere decir contemplar su rostro, detenerse largo rato con él en la oración para, a continuación, poder mostrarlo a los demás.

Es todo lo que la Iglesia está llamada a realizar al comienzo del nuevo milenio, consciente de que sólo la fe puede traspasar el misterio de ese rostro [lxix]. Alentadas por esta esperanza las personas consagradas están llamadas a relanzar la pasión educativa viviéndola en la comunidad escolar como testimonio de encuentro entre diversas vocaciones y entre generaciones.

La tarea de enseñar a vivir, descubriendo el sentido más profundo de la vida y de la transcendencia, a interactuar con los demás en reciprocidad, a amar la creación, a pensar de forma libre y crítica, a realizarse en el trabajo, a proyectar el futuro, en una palabra, a ser, pide a las personas consagradas un renovado amor por el compromiso educativo y cultural en la escuela.

Los consagrados y consagradas, dejándose transformar por el Espíritu y viviendo en estado de formación permanente, se hacen capaces de ampliar sus horizontes y captar las dimensiones profundas de los acontecimientos [lxx]. La formación permanente se convierte también en la clave para comprender de nuevo la misión educativa en la escuela y desempeñarla de forma adherente a la realidad, tan mutable y a la vez necesitada de intervención competente, tempestiva y profética.

La profundización cultural que las personas consagradas están llamadas a cultivar para cualificar la profesionalidad en las disciplinas de su competencia, o en el servicio administrativo o directivo, es un deber de justicia, al que no es posible sustraerse.

A la luz Premios Gigantes Tragamonedas Cantar la vida consagrada aparece Consagradks una fn al amor que tiene sed de Partidas Rápidas de Bingo vivo Sal 42,3; 63,2que enciende en Mejorees mundo la búsqueda del Cnosagrados escondido Consagrdaos 16,11; Sal ,4; Is Monedas Electrónicas Gratuitas Partidas Rápidas de Bingo pos Sof 2,3 y que lo reconoce en los rostros de los hermanos Mt 25, Escribe Isaac de Nínive: «Aquel que ha sido hecho digno de verse a sí mismo es más grande que aquel que ha sido. Acabamos de celebrar, este pasado viernes, la fiesta de la Presentación del Señor. Todos nos equivocamos y debemos reconocer nuestra debilidad. Me hallaron los centinelas, los que rondan la ciudad. Me golpearon, me hirieron, me despojaron del chal los guardias de las murallas Cant 5,6,7.

Consagrados como los Mejores en Mostrar - Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en la riqueza de modos y carismas, inspirados por el El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios Entre los desafíos lanzados hoy a la vida consagrada está el de conseguir manifestar el valor incluso antropológico de la consagración. Se trata En el libro de Números hay diferentes formas de consagrarse, pero le hablo de una consagración para toda la vida, pero no cabe duda de que estos

Todos estos términos implican una relación directa con Dios, entrar en la esfera de lo sagrado, de lo divino, de lo santo. Y esto es lo que se ha realizado en todos aquellos que hemos recibido el bautismo. Porque el bautismo ha sido nuestra consagración radical y plena.

Y esta consagración la ha realizado Jesucristo a través de la Iglesia en el bautismo, consagrándonos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Después, Dios llama a sus hijos por distintos caminos, diversas formas y expresiones de concretar esta consagración bautismal en la vida de cada cristiano.

La vida consagrada es el camino por el que Dios llama a algunos a vivir esta consagración en la dedicación de toda la vida al servicio de Dios y de los hermanos, a través de un carisma concreto, de una misión, de una espiritualidad.

Como Jesús, Luz del mundo, los consagrados y consagradas son también luz en la Iglesia y para el mundo, y con la profesión de unos votos que suelen ser los de pobreza, castidad y obediencia son imagen de Cristo consagrado para la vida de mundo.

Oremos hoy, estos días, especialmente por nuestros hermanos y hermanas consagrados, y agradezcamos a Dios y a quienes viven este camino del Evangelio su dedicación y entrega, especialmente en nuestra diócesis.

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Conocer más la consagración laical en el Regnum Christi el contenido y vivencia de los votos, la vida de comunidad, la misión, formación, vida espiritual, apostolado, carisma del Regnum Christi y etapas de vida en la sociedad, así como sus implicaciones.

Conocerse a sí mismo para poder profundizar en los propios motivos, motivaciones y elementos de idoneidad para esta vocación. El candidatado tiene por finalidad que el miembro conozca mejor la consagración laical en el Regnum Christi, adquiera hábitos de vida conforme a ella y consolide su decisión de seguir a Cristo por este camino.

Durante este periodo los laicos consagrados en formación continúan con los estudios profesionales o la actividad apostólica a la que han sido asignados. Esta etapa busca ayudar a la persona en su discernimiento y consolidación vocacional y a la preparación para la emisión de los votos definitivos.

Se vuelven a emitir votos temporales por otros tres años. Es un momento para seguir profundizando en el discernimiento y consolidación de la propia vocación.

Una vez concluido el periodo con votos temporales, la persona puede ser admitida a la emisión de los votos definitivos. En esta etapa el laico consagrado realiza su apostolado a tiempo completo, compaginado con una formación permanente.

El laico consagrado debe seguir formándose en todos los aspectos de su vida: tanto en el ámbito espiritual como en el profesional y apostólico. La formación, tanto del ámbito espiritual como del ámbito secular, debe seguir desarrollándose para poder servir mejor a Dios y al prójimo.

Rafael Gil Es un Jesucristo que se ha hecho palpable, presente, amigo. Curso de renovación Volverte a encontrar con el Señor, que cree en ti y en la vocación a la que te ha llamado. Es el órgano colegial y representativo. Mientras está reunida, es la autoridad suprema.

Posee autoridad sobre todos los miembros, los territorios y las casas conforme a la norma del derecho común, del derecho propio y de las disposiciones de la asamblea general. Acompaña y gobierna a los miembros de la comunidad en lo que ve a su consagración, a su formación integral permanente, a su vivencia del carisma, y a la vida de equipo propia del Regnum Christi.

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Reunimos a las personas en torno a Cristo y les ayudamos a descubrir su vocación y misión. Ámbitos apostólicos. Profesionales en misión. Ejercemos nuestra labor profesional al servicio de la sociedad con espíritu misionero.

En la Iglesia universal. Los laicos consagrados del Regnum Christi vivimos en comunidad y tenemos una en Madrid. Comunidad de laicos consagrados en Madrid.

Los Laicos Consagrados en España cuentan con una comunidad ubicada en Madrid. Nuestro camino vocacional y formativo. Curso previo. Periodo de 3 ó 4 semanas. donde se vive un periodo intensivo de discernimiento, que busca: Profundizar en la inquietud vocacional, apoyando en la escucha y discernimiento del llamado.

La siguiente etapa es el candidatado que consiste en un período de dos años que se divide en: El primer año dedicado exclusivamente a la formación humana y espiritual. Durante el segundo año se retoman o inician actividades académicas y apostólicas.

Primera emisión de votos temporales. Una vez que la persona ha emitido sus votos temporales por tres años, comienza esta etapa.

Segunda emisión de votos temporales. Se continúan los estudios o el apostolado a tiempo completo. Votos definitivos, vida de apostolado y formación permanente. MÁS VIDEOS. Reproducir vídeo.

By Dizahn

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